

LA CIUDAD RECUPERA EL EDIFICIO DE LA PRENSA Y LO TRANSFORMA EN UN NUEVO POLO CULTURAL
El emblemático edificio del diario La Prensa, actual sede de la Casa de la Cultura, volvió a abrir sus puertas tras un proceso integral de restauración que no solo preserva su valor histórico y arquitectónico, sino que lo proyecta como un espacio moderno y vivo al servicio de la cultura porteña.
Las obras incluyeron la puesta en valor del Pasaje de los Carruajes, que recupera su trazado original y vuelve a conectar Avenida de Mayo con Rivadavia, devolviéndole a la Ciudad uno de los pasajes más tradicionales de su casco histórico. Esta reapertura no solo facilita la circulación peatonal, sino que también aporta un nuevo atractivo para vecinos y turistas que recorren la zona.
Otro de los hitos de la restauración es la inauguración de la Biblioteca Tomás Eloy Martínez, dedicada al periodista y escritor argentino que supo retratar con lucidez la vida cultural y política del país. Este nuevo espacio busca convertirse en un punto de referencia para la lectura, la investigación y el encuentro con la palabra escrita.
El edificio también será escenario de funciones teatrales, talleres y actividades organizadas por el Centro Cultural San Martín, que se encuentra en proceso de renovación. De esta manera, la Casa de la Cultura amplía su programación y se consolida como un punto de encuentro para distintas disciplinas artísticas, desde la literatura hasta las artes escénicas.
Más allá de la modernización de sus instalaciones, la obra respetó cuidadosamente la fachada y la estructura patrimonial del edificio, considerado uno de los íconos arquitectónicos de la Avenida de Mayo. El desafío fue combinar tradición y modernidad, conservando el legado cultural del lugar mientras se lo adapta a nuevas necesidades.
Con esta reapertura, la Ciudad refuerza su estrategia de revitalización del Casco Histórico, que busca recuperar edificios emblemáticos, darles nuevos usos culturales y acercarlos a los vecinos. El edificio de La Prensa no solo recupera su esplendor original, sino que se transforma en un espacio abierto, dinámico y accesible, reafirmando el papel de Buenos Aires como capital cultural de la región.