UN NUEVO CATAMARÁN MODERNIZA LA LIMPIEZA DEL RIACHUELO
El Riachuelo, uno de los cursos de agua más emblemáticos y a la vez más afectados por la contaminación en la Ciudad, cuenta ahora con un nuevo aliado en su recuperación: un catamarán de última generación diseñado especialmente para la limpieza de su superficie.
La embarcación cuadruplica la capacidad de carga de residuos, pasando de 500 a 2.000 kilos, lo que permitirá realizar más tareas en menos tiempo y con menor gasto de combustible. Este salto en eficiencia representa un avance clave para optimizar la limpieza del espejo de agua en la zona de Vuelta de Rocha, donde se concentra una gran cantidad de desechos flotantes debido al movimiento constante de embarcaciones y la afluencia de residuos.
Además de su impacto inmediato en la recolección de residuos, este catamarán se convierte en el primer paso hacia un plan progresivo de modernización de la flota de limpieza, que incluye no solo al Riachuelo, sino también otros cursos y cuerpos de agua de la Ciudad. El objetivo es reemplazar gradualmente las embarcaciones actuales por modelos más modernos, sustentables y con mayor capacidad operativa.
La importancia del proyecto es doble. Por un lado, apunta a mejorar la calidad ambiental del Riachuelo, un curso de agua que atraviesa el sur porteño y cuya cuenca abarca nueve comunas, impactando directamente en la vida de cientos de miles de vecinos. Por otro, contribuye a la recuperación de un espacio histórico y culturalmente ligado a la identidad de Buenos Aires, que ha sido protagonista de la vida económica y social de la Ciudad desde sus orígenes.
La incorporación de este catamarán también refuerza las acciones complementarias que ya se llevan adelante en el marco del saneamiento del Riachuelo, como la limpieza de márgenes, la instalación de sistemas de control de vertidos y los programas de concientización dirigidos a vecinos, empresas y organizaciones.
Desde la perspectiva ambiental, la mejora en la eficiencia y en el rendimiento operativo de estas embarcaciones significa menos residuos acumulados, menos focos de contaminación y un ecosistema más protegido. La limpieza constante y más veloz del agua permite reducir la proliferación de plásticos, botellas y otros desechos que afectan tanto al paisaje urbano como a la biodiversidad.
Con esta acción, la Ciudad da un paso concreto hacia la transformación del Riachuelo, reafirmando su compromiso con la sostenibilidad y con la construcción de un futuro más limpio y saludable para todos.

